CIBNOR
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste S.C.

BOLETIN 021 12/OCTUBRE/2015

• Transferencia del conocimiento en Guerrero Negro: 20 años de experiencia.
• Hidroponía como solución al problema alimentario en zonas áridas.

El investigador David Raúl López Aguilar del CIBNOR Guerrero Negro, en entrevista para “Tiempo de Ciencia” nos comparte el trayecto de un caso de ciencia aplicada que tuvo su origen en la voluntad de dos países por mejorar las posibilidades de producir alimento sustentable en zonas desérticas.

El CIBNOR de Guerrero Negro se asentó desde 1985, cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Tottori empezaron trabajos de investigación aplicada en desiertos con el propósito de cultivar hortalizas en zonas áridas. Eventualmente, se dio pie a la construcción del campo experimental en 1990, en donde se aplicarían los conocimientos brindados por los japoneses, para dar raíz a lo que hoy se conoce como los campos de investigación del CIBNOR Guerrero Negro.

Es una trayectoria en investigación muy larga y se han producido resultados muy puntuales. Hoy esta experiencia en transferir conocimiento nos ha traído a nuevos horizontes. Estamos incursionando en otros sustratos que dan la posibilidad de unir con hidroponía y hacer verdaderamente una diferencia en esta zona.” Comenta el investigador Raúl López Aguilar.

Pero el reto de la hidroponía no recae en su técnica, sino en adaptarla a las necesidades locales, para disminuir costos y facilitar su aplicación en las zonas áridas del noroeste del país. En este caso, CIBNOR ha propuesto alternativas para adaptar los materiales a la localidad. Un ejemplo es el uso de yeso agrícola como reemplazo fertilizador a la fibra de coco, ya que el costo de este recurso es muy elevado por ser un material extranjero, además del riesgo ambiental que implica importarlo debido al posible traslado accidental de plagas en la fibra.

En zonas en donde el agua carece considerablemente, emplear la hidroponía representa un gran beneficio en términos productivos, pues se ha comprobado que reduce al menos 10 veces el empleo de litros de agua por cada kilo de producto. Además de ser una opción que no tiene limitantes, pues con ella se han logrado sembrar higo y papaya en desiertos, cosa que se creía imposible hace algunos años. Una mejora considerable hacia la economía y autosuficiencia alimentaria de un país en donde millones de personas se van a la cama sin comer, muchos en su mayoría, residentes de zonas áridas.
Como último punto, el Dr. Raúl López Aguilar comenta: “Yo, personalmente, no veo mejor solución a esta problemática. Lo único que nosotros los científicos tenemos que hacer es adaptarnos a las demandas locales. La hidroponía es algo que ya se hace en muchas partes del mundo, pero es nuestra responsabilidad el saber aplicar esta técnica a las condiciones de la zona. Y claro, también hay que adaptar a la gente al cambio tecnológico. Aquí en CIBNOR tenemos la posibilidad de transferir estos paquetes tecnológicos sin ningún problema. Debemos transferir nuestro conocimiento a la gente, hacerles sentir realmente que vamos a ayudarles a resolver sus problemas”.

El Dr. David Raúl López Aguilar es un investigador adscrito al programa de Agricultura en Zonas Áridas del CIBNOR Unidad Guerrero Negro, con área de trabajo en nutrición de cultivos bajo condiciones adversas.

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