Oasis sudcalifornianos, sistemas sociambientales únicos
Por Joel Cosío
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La Paz, Baja California Sur. 8 de febrero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Desde hace una década, investigadores de la Red Interdisciplinaria para el Desarrollo Integral y Sostenible de los Oasis Sudcalifornianos (RIDISOS) investigan los oasis de Baja California Sur para generar estrategias de desarrollo económico alternativo y sostenible en las comunidades ahí asentadas.
Los estudios han integrado diversas temáticas relacionadas con la dinámica socioambiental, rescate de usos y costumbres e impactos potenciales del cambio climático. En Baja California Sur se registran 171 oasis que ocupan menos de uno por ciento de la superficie del territorio.
En el oasis de San Miguel y San José de Comondú, conocido como Los Comondú, ubicado a 13 kilómetros al norte de Ciudad Constitución, en el municipio de Comondú, en Baja California Sur, por representar las condiciones bioculturales y de vulnerabilidades de los oasis de la región, se realiza la gran mayoría de los estudios.
La doctora Alba Eritrea Gámez, profesora e investigadora del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), integrante de la RIDISOS y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), quien participó activamente en la investigación Oasis Sudcaliforniano realizada por un grupo binacional de investigadores, aseveró que son sistemas socioambientales de gran fragilidad.
“Tenemos todo un reto en estas pequeñas regiones rurales que tienen un muy valioso bagaje cultural y ambiental, pero que a la vez manifiestan vulnerabilidad en términos ambientales, económicos y sociales, así como ausencia de esquemas de organización propios”, mencionó Alba Eritrea Gámez.
Explicó que poseen una estructura ambiental aislada y una geografía limitada, y las comunidades asentadas en estos ecosistemas tienen escasos servicios públicos y actividades económicas, lo que fomenta el abandono de los pobladores, quienes emigran de los oasis a las urbes en búsqueda de mejores oportunidades de empleo principalmente.
En el estudio identificaron elementos para fomentar el desarrollo económico de las comunidades de San Miguel y San José de Comondú, como subsanar la desarticulación de apoyos gubernamentales y propiciar la participación de los pobladores en la elaboración de agendas de dinamización económicas.
La integración del turismo alternativo representa una oportunidad para la activación económica de estas comunidades, por tal motivo se realizó una prospección del aprovechamiento de la riqueza natural y cultural con fines turísticos. Sin embargo, se da prioridad al fomento de la reconversión productiva y comercialización de productos pecuarios relacionados con la ganadería a pequeña escala y agregación de valor a productos locales.
El análisis sobre la disponibilidad, calidad y manejo del agua, considerando elementos de impacto, como expectativa de crecimiento de la población y dinamismo de las actividades económicas en la región, fue otra de las temáticas que se integró en el proyecto.
Oasis ante efectos del cambio climático
La doctora Aurora Breceda, investigadora titular A, adscrita al programa de Planeación Ambiental y Conservación del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), quien es una de los especialistas de la RIDISOS que analiza el impacto del cambio climático en el oasis de Los Comondú, en su estudio proyecta un gradual aumento de temperatura, precipitaciones y fenómenos meteorológicos intensificados, como huracanes y sequías estacionales más pronunciadas.
“De alguna manera el sistema socioambiental se volverá más vulnerable, porque el aumento de los fenómenos naturales, como los huracanes, sequías e inundaciones, afecta la actividad agrícola y ganadera”, mencionó Aurora Breceda.
Los escenarios previstos han motivado el análisis de medidas de gestión y mitigación de los impactos, que integran la necesidad de mayor empleo e infraestructura de servicios públicos para retener a una población migrante y reactivar la agricultura y ganadería, con el fin de fortalecer el sistema socioambiental.
“Lo importante es adaptar medidas de prevención para mitigar los impactos, como cambios en el área de distribución de las especies e incluso algunas pueden estar en riesgo de desaparición; en términos del funcionamiento de la sociedad, se esperaría una mayor incidencia de incendios, por el abandono del sistema y un aumento de inundaciones por efecto del cambio climático”, aseveró Aurora Breceda.
Otra de las investigaciones de gran interés es el proyecto Evaluación de vulnerabilidad ante el cambio climático de los sistemas socioambientales tradicionales en los oasis de Baja California Sur, que realiza la estudiante de posgrado del Cibnor, Alicia Tenza Peral, con la dirección de la doctora Aurora Breceda, en la que intentan comprender la dinámica y resiliencia de las comunidades de San Miguel y San José de Comondú ante el impacto de políticas de desarrollo regional asociadas a procesos de globalización.
Este proyecto es financiado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
¿Cuáles son las características de los oasis sudcalifornianos?
Los oasis de Baja California Sur son sistemas socioambientales que se caracterizan por tener fuentes de agua permanentes en zonas desérticas, albergar una gran diversidad biológica de flora y fauna silvestre y poseer un cúmulo de saberes culturales y sociales concebidos a lo largo de miles de años.
En torno a estos sitios se han establecido comunidades humanas que han desarrollado actividades productivas, como la agricultura y la ganadería de manera sostenible.
“Los oasis son sistemas socioambientales exclusivos de las zonas áridas, se desarrollan en humedales del desierto que han sido transformados a lo largo de la historia civilizatoria; han sido utilizados por las culturas indígenas que ahí encontraban abastecimiento y refugio, al igual que la fauna silvestre”, mencionó la doctora Aurora Breceda.
En estos ecosistemas, jesuitas y colonizadores construyeron las primeras misiones de la región, fundamentales en el proceso de evangelización de los antiguos pobladores.
“Es en los oasis en donde surge la agricultura y la ganadería, que se extendió a lo largo de la extensa península de las Californias, ahí se manejan sistemas de cultivos que han perdurado durante trescientos años, con un largo contenido de saberes agrícolas y pecuarios”, continuó Aurora Breceda.
Exclusivos de zona áridas, favorecidos por manantiales que brotan de la tierra durante todo el año, tienen abundante vegetación, particularmente predomina la palmera mexicana (Washingtonia robusta), el carrizo (Phragmites communis) y el tule (Typha domingensis). Su aislamiento ecológico ha permitido procesos de endemismo de diversas especies, como arácnidos, reptiles, mamíferos y aves.
Sobresalen especies endémicas como la mascarita peninsular (Geothlypis beldingi), la cual se encuentra catalogada en peligro de extinción y posee un encanto natural que ha motivado a habitantes del pueblo mágico de Todos Santos, ubicado en el municipio de La Paz, Baja California Sur, a gestionar su imagen, para convertirla en emblemática del destino.
Los oasis además periódicamente funcionan como estaciones de reposo y abastecimiento de agua y alimento de aves migratorias que viajan desde Norteamérica hasta Sudamérica.