CIBNOR
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste S.C.

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Cuidar los cultivos: el caso de la cuscuta

El cultivo de alfalfa es una producción muy rentable en la peninsula. Proteger la producción es proteger la economía regional, razón por la cual en entrevista para Tiempo de Ciencia, el Ingeniero residente de CIBNOR Guerrero Negro, Eduardo Villavicencio Floriani, compartió importante información de métodos eficaces de control de plaga de cuscuta en los cultivos de alfalfa en el ejido Jesús María en Baja California.

La cuscuta es una planta parásita de muchas variedades. La cuscuta spp (también conocida como cabello de ángel) es conocida por alimentarse de la alfalfa. Es una planta muy longeva, sin hojas ni raíces, cuya semilla no germina sin una planta huésped, por lo que puede permanecer en el suelo hasta por 15 años sin problemas. Los daños que causa son severos, siendo la fuente de pérdidas de hasta 45% de producción de alfalfa. Se cree que esta planta fue introducida en la región a través de semillas de alfalfa ya contaminadas.

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Como la cuscuta es una planta que no requiere de raíces terrenales para crecer, se adhiere a las hojas o tallo de la alfalfa con el uso de haustorios; pequeñas raíces que utilizan para penetrar y absorber nutrientes. Esta característica tan peculiar es el principal problema de la infestación, pues para controlarla es necesario eliminar a la alfalfa contaminada.

A través de CIBNOR Unidad Guerrero Negro y con el apoyo de la Secretaria de Fomento Agropecuario, se llevaron a cabo dos métodos de control de plaga: Control químico y control con quema de mecheros de gas; ambos demostrando ser opciones muy eficaces. El control químico consiste en el uso de herbicidas químicos aplicados con una fumigadora, mientras que los mecheros son conectados a un tanque de gas para quemar y eliminar la plaga de forma directa. Debido a que la plaga de cuscuta se concentra en zonas aisladas, el proceso de control es generalmente manual. El tiempo que tarda en recuperarse la zona afectada del cultivo es de dos a tres meses. De no realizarse un control, esta infestación puede llegar a erradicar parcelas completas.

Al cierre de la entrevista, el ingeniero Eduardo Villavicencio agregó: “Vamos a seguir trabajando en esto y esperamos conseguir más apoyos para ayudar a los productores que tienen la tenacidad de enfrentarse a este desierto para sacar adelante la economía”.

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